miércoles, 16 de marzo de 2011

EL SINDICALIZADO Y EL SINDICALIZADOR

FILOSOFANDO POR UNGA

POR: FRANCISCO FLORES AGUIRRE

La vida del hombre, nadie lo duda es una permanente transformación, la muerte es fruto de la vida, y ésta consecuencia de aquella. Es como el Fénix mítico que eternamente construye su propia pira funeraria, sobre la cual se consume, para resucitar luego de sus cenizas a una nueva vida.

Si queremos explicar los problemas que actualmente enfrentan las naciones del mundo, estén en conflicto o no, vale la pena recordar y hacer retrodicción histórica de la conversación que tuvo Ghoethe con el historiador Luden. Aún en el caso de que pudiera usted interpretar e investigar todas las fuentes. ¿Qué es lo que usted encontraría? Nada, sino una gran verdad que ha sido descubierta hace tiempo, y para cuya confirmación no es necesario ir muy lejos; que en todos los tiempos y lugares las cosas han sido miserables. Los hombres han estado siempre dominados por el miedo y por la zozobra, y que han producido dolor y torturas mutuamente; la corta vida de que dispusieron se la hicieron amarga al vecino.

No gozaron ni estimaron la belleza del mundo y la dulzura de la existencia que aquella belleza les ofrecía. La vida fue cómoda y alegre sólo para unos pocos de entre ellos. Después de haber vivido, la mayoría preferiría abandonarla, antes de comenzar de nuevo. Lo que quizá les proporcionó o les proporciona. Lo que quizá les proporcionó o les proporciona cierto grado de apego a la vida, fue y es el temor a la muerte. Así es la vida; así ha sido siempre, y así siempre será. Esto es al menos el sino del hombre. ¿Qué otro testimonio se necesita?

Si esto es cierto, si es tan fatal tu destino, prefiero hacerlo más llevadero parafraseando a Chin-Chin-Chang y a Magdalena Mondragón:

1.- El Sindicalizado y el Sindicalizador son dos personas.

2.- El rico con su inmensa fortuna embriaga y alquila a los dos, entorpeciéndolos enteramente. Hábil el poderoso; pero como dice Epicteto, es difícil para los ricos adquirir la sabiduría, como para los sabios adquirir la riqueza.

3.- El líder se “grilla” a los tres y lisonjea a las personas por las cualidades que no tiene. ¡Pobre líder!, dicen unos versos de Rodríguez con sentido paternal, pero llenos de verdad amarga: “Si es que intimas con gente de alta empresa por tus modos, tus chistes o tu dichos, el último serás siempre en su mesa y el primero en sus múltiples caprichos”.

4.- El vago descansa tranquilamente por los cuatro, y aunque usted no lo crea, será el último y el más formidable enemigo de las dictaduras. Será el campeón de la dignidad humana, de la libertad personal, y será el último en ser conquistado; por la sencilla razón de ser como pájaro que no teje ni hila y sin embargo… vive más feliz que el hombre más poderoso de la tierra.

5.- Al comerciante lo acusan de robar a los cinco. ¡No es cierto! Se defiende con las veinte uñas, ¡los culpables son los acaparadores! ¿Y quiénes son los acaparadores? ¿Los comerciantes, los políticos…? ¿Tiene razón Erasmo de Rotterdan cuando dice que los comerciantes son los más locos y los más despreciados de todos los morales? ¿O los ganaderos, amigo, que no se acuerda de que los vaqueros también comen?

6.- El cantinero emborracha a los seis y si es astuto, averigua fácilmente el verdadero carácter de un hombre.

Alguien, tratando de convencer a los hombres de que no se embriagaran, aduciendo que la embriaguez es como una demanda voluntaria y que acarreaba muchos males al cuerpo, hizo la siguiente demostración: Tomó en sus manos dos frascos, uno contenía alcohol y el otro agua. Vean les dijo –como se muere el gusano en el alcohol mientras que el otro vive.

-Es cierto –afirma un parroquiano- por eso yo tomo el alcohol para no tener gusanos. Defiende lo que dice Confucio: “El hombre que es dueño de sí, bebe con gravedad y sensatez”, para no acompañar el alcoholismo con la cirrosis.

7.- La mujer que no se ha reconocido como única, que no se ha aceptado como diferente y que no se ha aceptado complementaria, engaña a los siete. ¡Pobre mujer, tú que produces dolor de vida y no de enfermedad, en tu nombre se han cantado los poemas más bellos y se han escrito la prosa más absurda!

8.- El médico que se siente el rey de los profesionales, el elegido de los dioses, el que sí estudia y se desvela durante su carrera, les da su pasaporte al cementerio a los ocho; y si los ha atendido en un hospital de alguna dependencia oficial, lo hace con mayor celeridad.

9.- El sacerdote absuelve a los nueve, a pesar de que alguien pregunte: ¿Cómo es posible seguir teniendo fe en estos tiempos? Sólo los verdaderos fieles se atreven a dudar de su fe.

10.- El abogado le cobra igual a los diez, una ingeniosa pregunta: ¿En qué se parecen los abogados a los plátanos? –En que no hay ninguno que sea derecho. ¿Y entonces cómo le hago para defenderme de un abogado?- -Sólo Dios te ayudará.

11.- El diablo que no pierde nunca pisada, es muy probable que cargue con los once, por… como andan las cosas en todas las órdenes.

Y cuídese porque su principal cualidad es decir y convencernos de que no existe. La invisibilidad y el mal van muy de la mano.

Total, una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.

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